Hola! ¿Qué tal va su día?
Hoy quiero compartirles un estilo de vida diferente.
Para esto tenemos que ir unos cuántos años atrás.
Cuando me encontraba en la universidad, aproximadamente con 21 años de edad me detectaron problemas en los riñones. Un día sin aviso anterior desperté con vómito y con un dolor fuerte en la espalda, con el paso de las horas fue creciendo hasta que no pude caminar por el dolor tan intenso.
Mi hermana me llevó a una pequeña clínica cercana a casa. Después de algunos análisis determinaron que tenía una infección en vías urinarias. Me dieron de alta y me mandaron a casa con medicamento. Terminando el medicamento volvimos a hacer análisis para corroborar que la infección hubiera desaparecido y ahí comenzó todo. Se dieron cuenta que había un daño más profundo, había proteína en la orina y algunas toxinas elevadas en sangre.
Me internaron unas semanas en el hospital Centro Médico, me trataron como vil conejillo de indias, no tenían ni idea de por qué mis riñones funcionaban unicamente al 30% de su capacidad y nunca presenté síntomas. Me hicieron de todo, ultrasonidos, cistouretrografías, resonancias, hasta me dilataron las pupilas! y al final no concluyeron ningún diagnostico, el resultado fue: toma medicina y come bien hasta que eventualmente ya no te sirvan los riñones y tengas que trasplantarte o dializarte.
A partir de ese momento los análisis eran constantes, me sacaban mucha sangre y evidentemente me fui debilitando, hasta que 2 años después mis riñones solo servían un 10% y me dijeron que necesitaba un trasplante. Mis papás entraron al protocolo de trasplante pero resultaron no ser los mejores candidatos (gracias a Dios), así que yo seguía ganando tiempo mientras investigaba otras alternativas, perdía citas, me saltaba estudios y hacía de todo para retrasar el protocolo. YO SABÍA EN MI CORAZÓN QUE HABÍA ALGO MÁS ALLÁ AFUERA QUE ME AYUDARÍA PERO NO SABÍA QUE ERA!
Yo no sé quién instaló la idea en los cerebros de la gente sobre que el trasplante es una cosa muy sencilla que soluciona todos tus problemas, al contrario! es iniciar otro viacrucis! Conseguir al donante, mil estudios, ver si aceptas el órgano que por cierto no durará por siempre, tomar mil medicamentos, la recuperación, millones de cuidados... no no, eso no convence a nadie.
De forma paralela a esto probe muchas cosas... imanes, cuarzos, libros de auto sanación, jugos de mangostán, terapias de ángeles, etc. Hasta que llegué a la Medicina Tradicional China (MTC). Aquí hay un dato curioso... yo no quería ir!!! casi que me llevaron a la fuerza y ahora doy gracias todos los días por haber encontrado este lugar tan maravilloso con un doctor increible que quiero mucho y en el cual confío plenamente.
Yo no sabía casi nada sobre esta medicina, pensaba que solo servía para adelgazar y esas cosas que se "mal anuncian", pero no fue así.
Decidí darle una sola oportunidad a una cita, observar cómo me sentía y después decidir si seguiría yendo.
La respuesta fue tan grata que ahora es parte de mis actividades, es un estilo de vida, un aprendizaje constante.
Físicamente la consulta consiste en agujas que entran en diferentes puntos de mi cuerpo, es decir, acupuntura. Pero va mucho más allá, es una verdadera medicina integral, donde la aguja ayuda al cuerpo pero también es un canal que nos permite recibir ayuda del cielo, hay pláticas con mi médico que te enseñan sobre la vida y sus cambios, sobre la conciencia y la salud.
Así pase aproximadamente 4 años, recuperando mi función renal, sin necesidad de ningún trasplante ni de diálisis ni de medicamentos.
Cuando empecé las consultas tomaba 8 pastillas al día, al cabo de unos meses pude dejar todas.
Asistía a mis consultas, hacía ejercicios de qi gong (también recomendados por mi doctor), cambie un poco mi alimentación y sobre todo comencé a observar mis emociones poco a poco.
Hasta aquí la primer entrega de mis inicios en ésta maravillosa medicina.
Continuamos en la próxima...
Pero cuéntenme! ¿ustedes conocen la acupuntura? ¿les ha ayudado de alguna forma?
Nos estamos leyendo!
AK
Comments