Los verdaderos ángeles de ésta historia son los enfermeros.
A principios de éste 2020, cuando estuve internada en Infectología, pensé que los médicos con sus grandes conocimientos me ayudarían a tener una mejor calidad de vida.
Hoy puedo decir (de manera muy personal) que no fue así, los médicos nunca me vieron como Karina, me vieron como un paciente más al que podían operar.
Y para mi sorpresa, quienes si me vieron fueron enfermeros y enfermeras. Y no solo a mi, a todos los pacientes de mi piso.
Desde que me dieron de alta por aquellos últimos días de Febrero, les prometí que seguiríamos en contacto y que les quería preparar una sorpresa grande.
Bueno pues la sorpresa sigue en desarrollo (es que en serio es grande), pero mientras ese momento llega, quise escribirles unas pequeñas palabras fuera del contexto de mi estancia en el hospital y más en el sentido de lo que hoy vivimos con la pandemia.
Estoy segura que así como se esmeraban día con día por levantar mi ánimo, por motivarme a comer un poco más, por no pasar días sin bañarme, por ayudarme a lavarme los dientes cuando no podía pararme, por "llevarme sorpresas" que apapachaban el corazón, por escucharme en mi llanto y en mis cantos de Shakira... se que ahora lo hacen con todos éstos pacientes que sumado a su malestar se ven con el pesar de poderse contagiar del virus.
Debe ser muy estresante para ellos y también para ustedes.
Y aún así, con el temor que puedan tener, van y ponen su mejor cara, dan su mejor esfuerzo, se las ingenian de alguna manera para suplir la falta de material, y todo con buen ánimo.
GRACIAS DE CORAZÓN POR EL ESFUERZO QUE HACEN DÍA CON DÍA PARA CUIDARNOS, POR SER FUERTES, POR ENFRENTAR MIEDOS, POR ENTREGARSE A SU PROFESIÓN, POR INTERESARSE POR LAS PERSONAS DE MANERA GENUINA...
Quiero decirles a todos que están en mis oraciones, ustedes y sus familias, para que sigan sanos y unidos.
Y esperando que no me falte nadie... (porque ah caray qué sentidos son!) les dedico unas palabras de aliento para ésta situación de emergencia que hoy vivimos en todo el mundo:
Lupita (1): (lo siento no me sé sus apellidos) me encantó conocerte y compartir gustos por la lectura de vidas pasadas, muy seguramente tus palabras ayudaran a calmar a muchas personas.
Lupita (2): Que tu sensibilidad ante las necesidades personales de cada paciente, cariño y hermosas pestañas largas sigan alegrando corazones.
Lupita (3): Tus oraciones, voluntad y amor de madre sanaran cualquier herida, física y emocional, gracias por tenderme tu mano amiga.
Silvia: tu risa y tu saludo de buenos días inundando los cuartos, gracias por entender nuestras necesidades más básicas y entregar tu amor, por hacernos sentir personas y no números en una cama.
Tadeo: El mejor saludo mañanero para despertar con ganas de ahorcar al enfermero que entra gritando a despertarte... jajaja! Tu energía seguro va a sanar a más de uno en ese hospital.
Lucy: Manos y voz amorosa, tienes la sensibilidad para ver nuestro interior y tratarnos como familia, gracias porque se ve que amas tu trabajo y nos reconforta como pacientes tenerte cerca.
Tere: Siempre con un saludo efusivo y buena cara, seguramente darás mucho ánimo a los pacientes.
Arturo: Seguro encontrarás pacientes con gustos raros de películas así como las que tenías, gracias por mejorar mis tardes.
Vero: tus apapachos de madre, tus palabras y tu dedicación generaron en mi mucha confianza, gracias por tu constancia y entrega en el trabajo nocturno que nada fácil es.
Carmen: la más amorosa de todas, muy atenta. Segura estoy que los pacientes se sienten aliviados a tu lado.
Angélica: mi salvavidas más fuerte, gracias por tu enteresa y entrega en el trabajo, tus pacientes están muy contentos por tus atenciones minuciosas.
Fatima: destrocé tu mano pero me diste mucha seguridad al estar a mi lado en la punción, así dales esa misma seguridad de sentirse acompañados a los pacientes de hoy.
Jaqui: te conocí al final de mi estadía pero no hubo momento que no llenaran el cuarto de risas, seguramente así apoyarán a todos sus pacientes.
Ricardo: el ángel guardián de muchos en ese hospital, enviado del cielo para comunicarnos las maravillas que Dios tiene para nosotros. Tu labor es enorme y es muy noble.
Celia, Abraham, Alma, Luz, Maribel, Eduardo, Rosi... etc... en fin.
NO QUERÍA QUE ME FALTARA NINGÚN NOMBRE! pero son tantos enfermeros por turno que espero que nadie se ofenda...
Más adelante quiero profundizar en contarles sobre los detalles que tuvieron todas éstas maravillosas personas conmigo.
Hay grandes historias!
Desde regalos "clandestinos" para alegrar el corazón, acompañantes en el sufrimiento de la sonda, oraciones para calmar mi dolor y películas en mi celular para pasar el rato.
Sin más por el momento, me despido de ustedes con un abrazo a distancia y con un RECADO SORPRESA que exclusivamente entenderán sólo los enfermeros de Infectología:
Hablé con la señora MARÍA AUXILIO, la recuerdan? la dieron de alta el mismo día que a mi, una señora mayor, delgada, de carácter fuerte y muy movida, no se podía quedar quieta ni un segundo. Sus hijos iban a verla.
Ah pues está bien, desesperada con la cuarentena pero bien. Y me pidió que les mandara muchísimos saludos y abrazos, que los recuerda con cariño y que aunque fuera una etapa difícil en su vida, le da gusto haberlos conocido y que pide por ustedes y por su salud.
Ahora si me despido, ÁNIMO! Los apoyamos con nuestras oraciones!
Nos estamos leyendo!
AK
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