Mascotas

Nuestro perrito hermoso se llama Yin.

Hace poco más de 3 años que llegó a nuestras vidas.

Apareció una noche corriendo asustado en el parque cercano a la casa de unos amigos. Lo vieron correr y chillar con miedo, no tuvieron corazón para dejarlo en la calle y lo rescataron.

Ellos ya tenían una perrita, así que no podía cuidar otro más y lo pusieron en adopción. De inmediato nos ofrecieron su compañía pero Mario y yo no estábamos muy seguros de poder tener el tiempo y el espacio para cuidar un perro, aunque ya lo teníamos en mente pero no nos animábamos.

Estuvo a punto de ser adoptado por otra persona, y yo mientras pensaba que si esa persona al final se arrepentía, entonces era la señal de que nosotros debíamos adoptarlo. Y así fue.

Un lindo día de Octubre fuimos a casa de nuestros amigos para conocerlo, y al verlo pasar por la puerta, moviendose chistoso y con carita de incertidumbre, se ganó mi corazón.

Mario también se enamoró, sólo estaba esperando que yo aceptara tenerlo para traerlo por fin a casa.

Hicimos ese día un compromiso formal con ese pequeño perrito para amarlo, cuidarlo y educarlo. Y así ha sido todo este tiempo. Lo llevamos muchos meses a clases de obediencia y juegos, lo sacamos a pasear diario y nos entiende muy bien.

Nos ha acompañado en todo mi proceso de la diálisis. A Yin (así se llama mi perrito), también le ha tocado sufrir cuando me internan en el hospital. Yin está muy acostumbrado a estar acompañado, y cuando me internan pues no hay quien lo cuide. Así que lo llevamos a una guardería que está muy cerca de casa. Es una gran opción, es un lugar muy grande, hay más perros y tratan muy bien a Yin. Pero aún así nos extraña mucho y hay ratos donde se queda llorando.

Algunos médicos son muy estrictos diciendo que no se permiten mascotas en casa cuando uno se dializa.

La verdad yo no tendría corazón para abandonar a Yin a su suerte.

Al principio me daba mucho miedo pensar en que pudiera lastimarme o que de alguna manera me hicera daño tener mascota. Pero me fui informando, y también algunas enfermeras me decían "bajo el agua" que sí podía tener mascota siempre y cuando tuviera mucho más atención con la limpieza.

Siempre tener sus cosas limpias, su cama y juguetes, y bañarlo con regularidad, no dejar su pelo muy largo para que no acumule polvo, y claro, que no se suba a mi cama o que no esté en el momento de poner las bolsas de diálisis.

Pero con todos esos cuidados, nosotros seguimos viviendo con Yin muy felices, él siempre está dentro de la casa sin problema, yo lo acaricio. No lo puedo cargar porque me pesa, pero sin problema el se acurruca a mi lado cuando vemos tv en la sala. Y en la noche ya sabe que se va a su camita y cada quien duerme feliz.

Las mascotas dan enorme alegría al corazón.

He leído comentarios de personas que piensan que tiene que abandonar a sus animales cuando empiezan el tratamiento, y para nada es necesario llegar a ese extremo, solo hay que ser limpios, es todo.

Yin me brinda su compañía en momentos de felicidad, pero también cuando me siento mal, cuando se me enfrían los pies, cuando se me baja la presión, cuando no puedo dejar de vomita, él está a mi lado y me hace saber que me da su amor.

Ustedes tiene mascotas?

Nos estamos leyendo!

AK