Para varias personas que leen mi blog, el interés principal de conocer mi viaje a la playa era saber detalles técnicos del viaje.
Saber sobre ¿cómo llevar la maquina? ¿cómo adaptar la diálisis en el cuarto? ¿Cómo aguantar el viaje? ¿Se puede o no nadar en el mar y la alberca? etc...
Y por supuesto que son temas de muchísima utilidad porque todo tenemos dudas de como llevar este nuevo estilo de vida con la diálisis, no es cosa menor.
Sin embargo, para mi este viaje representó mucho pero mucho más que sólo temas informativos.
Me dio un panorama de vida diferente.
Me hizo perder algo de miedo a enfrentar cosas nuevas.
Hace apenas algunos meses, este aje se hubiera visto casi imposible, por todos mis síntomas creo que no hubiera aguantado las horas en el coche, ni hubiera tenido la fuerza de siquiera mojarme los pies en el mar.
A veces me desespero y pienso que casi no avanzo en salud, que estoy estancada, que el cansancio es infinito, que la flema y la tos no se van nunca, y eso me deprime.
Pero este viaje me dio la perspectiva de recordar cómo estaba mi salud hace exactamente un año (por poner alguna fecha) y me di cuenta que EFECTIVAMENTE SI AVANZADO MUCHO!
Hace un año estaba en cuernavaca, con el cuerpo tremendamente hinchado, las diálisis en el hospital no eran suficientes y por más que limitara mi ingesta de líquidos no me daba a basto con la cita en el hospital para sacar toda el agua que tenia acumulada.
La tos y la flema era mucho más, había días enteros donde no podía comer nada de tanto vómito que tenía. No podía dormir casi nada, hablaba dormida y despertaba asustada a cada rato, me movía muchisimo en la cama y no podía descansar.
La sensación e asfixia era 10 veces más fuerte que ahora.
Tenía que bañarme muy rápido, porque estar parada 10 minutos, aparte de agotador era sinónimo de piernas y rodillas hinchadas, tanto que dolía caminar.
Y ahora, 1 año después, puedo bañarme a placer, pude caminar lo que quise en la playa sin dolor de rodillas hinchadas, pude dormir sin oxigeno, pude comer sin vomitar, pude meterme al mar y a la alberca con ayuda de Mario, y volví a ser feliz porque descubrí que puedo serlo sin importar nada.
El panorama de ver en la realidad que el estilo de vida en diálisis puede ser tan diferente me llenó de motivación, honestamente aún no se para donde encaminar esa motivación... pero no importa, el camino se irá revelando. El caso fue darme cuenta que no tengo que vivir siempre en el dolor y la tristeza.
Me di cuenta que cada quien recorre caminos diferentes, posiblemente para llegar a lugares similares, pero cada quien con diferentes herramientas.
Aprendí a vivir en el presente, o al menos a intentarlo, a saborear lo dulce que es no preocuparse por el mañana, mucho menos por un futuro lejano. A soltar todo por un día y solo vivir ese momento, sin culpas.
Gracias Mario por hacer el esfuerzo de tener este hermoso viaje, sé que también tu lo disfrutaste mucho mucho y espero que te sirviera tanto como a mi.
Volví a verte sonreír con la paz de antes y eso llenó mi corazón.
¿Te acuerdas cuando te decía que tenías cara de taoísta en paz? jajajaja pues en esos días te regresó.
Con todo esto no digo que regresando del viaje la vida sea color de rosa... los retos siguen a diario. Pero la visión y la manera de enfrentarlos es muy diferente pues juntamos nuevas herramientas mentales para continuar el día a día...
Y hasta aquí mis reflexiones sobre este maravilloso viaje.
Les comparto el ultimo video que ya es más personal, no es informativo como los anteriores.
Queden pendientes de las nuevas publicaciones, ahora les cuento de los nuevos estudios que me hicieron, unas cuantas audiometrías para checar mi nivel de audición porque traigo un problemita con eso.
Que estén muy bien!
Nos estamos leyendo!
AK
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