Efectivamente no siempre podemos tener una sonrisa real que ofrecer, hay días donde queremos que esta enfermedad y sus síntomas simplemente no existan y todo lo positivo se va. Estoy a favor de primero ser real y auténtica antes de forzar a ser positiva cuando no puedo serlo, no me haré un lavado de cerebro, sentiré la realidad de lo que vivo para entenderlo, superarlo y que el positivismo llegue de manera real y permanente.
En estas semanas ha habido muchos cambios, uno muy grande fue el cambio de domicilio, cosa que me trajo estrés y miedo por too lo que conlleva dejar una casa por otra.
Dentro de esos cambios estaba el hacer cambio de hospital y de método de diálisis. En el hospital donde me atendían antes, el tratamiento ya era conocido para mi, era con máquina, conocía a las enfermeras, conocía el proceso, a los doctores, en fin, era "seguro". Ahora era cambiar de ambiente, en el nuevo hospital la diálisis es manual, la rotación de personal es enorme y hay que adaptarse a nuevas reglas.
Y para que todo esto pasara, tuve que ir a hacer mil trámites. Yo no entiendo como es que si justamente en un hospital va la gente enferma y con tanto malestar, por qué se empeñan en que hagas filas desde las 5am para atenderte a las 10am y de ahí que pases con mil enfermeras y llenes datos y lleves hojas... es muy pesado.
Mi papá, mi esposo y yo pasamos 2 días dedicados y llevar papeles al hospital para poder darme de alta, a pesar de que me llevaban en silla de ruedas fue sumamente desgastante pasar tantas horas ahí. Con todo eso solo logramos conseguir una hoja que me daba pase a nefrología, pero aún no una cita.
Todo esto me tenía cansada y angustiada, bajaron mucho mis defensas y en algún lugar del hospital pesqué un bicho, bicho que me hizo comenzar con tos con flema de un momento a otro, era tanta flema que no podía ya comer ni dormir, esto me debilitó más, al día siguiente ya tenía fiebre.
Muchas veces las cosas que me pasan se "contraponen" y es horrible porque no se que hacer en esos casos. Un ejemplo de lo que les cuento viene ahora... con la diálisis no puedo tomar mucha agua y teniendo flema menos porque se acumula mas y toso más. Entonces pensé en bajarle aún más al consumo de agua. Pero por la misma flema excesiva y la fiebre me deshidraté muy rápido y debía tomar más agua... que demonios hacer!!!???
Comencé a hidratarme pero no fue suficiente o no lo hice a tiempo. A todo eso súmenle mi coraje, estaba muy enojada ya por tanto malestar, lo único que quería era poder dormir y ni eso me era posible, lloraba de impotencia, de dolor en el cuerpo de tanto toser, de enojo por tener que aguantar tanto síntoma nefasto de la diálisis, se me acabó todo el pensamiento positivo y solo quería desaparecer.
Pues al día siguiente tanto calor físico y emocional tuvieron su efecto, desperté con malestar del tipo "creo que me salió una hemorroide", era incomodo ir al baño y me dolía pero nada grave.
Ese día Mario tenia que salir muy temprano a trabajar, me dijo que en la tarde que regresara me pondría agujas de acupuntura para calmar el dolor y pronto estaría bien. Así que él se fue y llegó a casa mi mamá para cuidarme.
Avanzó el día y el malestar fue creciendo, ya estaba muy incómoda y me empecé a poner de malas, decidí acostarme un rato pero el dolor crecía y como aún faltaban horas para que Mario llegara, decidí comprar alguna crema que aminorara el dolor en lo que me ponían agujas de acupuntura. Mandé a mi mamá a la farmacia y para entonces yo ya caminaba con mucho dolor. La crema fue un rotundo fracaso, no se si fui alérgica a algún componente o ya estaba muy irritada pero en lugar de calmar el dolor lo multiplicó por 10! fue horrible, ahí empece ya a desesperarme tremendamente y a llorar, pidiéndole a Mario que no tardar en llegar porque el dolor era ya muy fuerte.
Pues llegó, me puso agujas y la inflamación no bajaba, al contrario, yo sentía que crecía, me dio masajes, me hizo sangrías, utilizó todo su conocimiento para ayudarme, me puso compresas heladas con sábila que me calmaban solo unos momentos pero el dolor creció hasta ponerme en un grito, no podía dejar de gritar pero me daba miedo ir al hospital porque no quería una cirugía, tengo anemia y me daba miedo entrar a quirófano y pasar de nuevo por recuperaciones eternas y dolorosas.
Pensé en intentar de todo para la menos llegar con menos malestar al hospital pero el dolor me hacia sentir que me desmayaría en cualquier momento. Finalmente no hubo mas remedio que hablarle a la ambulancia pues yo ya no podía moverme.
Siempre dije que el dolor de la primer diálisis había sido el mas fuerte de mi vida, pues no, me equivoque, por mucho éste lo fue, sobrepasó cualquier cosa conocida por mi, no comprendo aún como uno puede sufrir tanto.
Llegando a urgencias parece que eres invisible, yo no dejaba de gritar y nadie se acercaba a ayudarme, Mario andaba de un lado a otro llenando estúpidos papeles para que me tendieran, los doctores dijeron que yo no era prioridad y no se cuanto se tardaron en llegar, yo ya estaba a punto de irme a otro hospital porque ya no podía más, era un dolor indescriptible.
Finalmente después de varias peleas de Mario con enfermeros y médicos alguien llegó a ponerme una inyección para el dolor, inyección que poco a poco me noqueó hasta que ya no supe nada.
Cuando desperté Mario estaba al lado mío, el cirujano fue a verme y determinó que en unas cuantas horas creció en mi un coágulo del tamaño de un limón, un limón! ya sabrá por qué el dolor tan masivo. Había que retirarlo de inmediato porque corría el riesgo de reventarse y de ser así pequeños fragmentos podía viajar a otros órganos, incluso al cerebro.
Yo tenía miedo, no quería más operaciones pero no tenía alternativa, así que fui a quirófano. Gracias a Dios todo fue rápido y salió bien. Me llevaron a recuperación donde pasé un día completo aún bastante dopada, no me dejaron ver a nadie en esa sección así que no sabía nada de Mario o de mis papás. De cualquier forma no podía mantener los ojos abiertos, dormí todo el tiempo.
Al día siguiente, ya más consciente me llevaron al área de hospitalización donde por fin pude ver a Mario. Y ya sin anestesia viene la realidad. Moverse era casi imposible, muchísimo dolor e incomodidad. De nuevo las cosas se contraponen. Tenia muchísima tos y para aminorarla necesito estar sentada, no acostada o me ahogo, pero por la cirugía no podía estar sentada, solo acostada de lado. Entonces tosía todo el día hasta que me dolían las costillas.
Ya se imaginaran los problemas para intentar caminar y por supuesto para ir al baño, pensar e eso me hacia llorar, los primeros días el dolor era tremendo, pero como siempre Mario ayudándome y haciéndome fuerte, acompañándome en cada lagrima y cada malestar.
Mamá y papá también estuvieron presentes, cada uno a su manera, papá no pudo entrar a verme pero mamá se quedaba a ratos conmigo para que Mario descansara.
Recibí un rayito de luz en el hospital tan frio y triste. Mi amiga Zuriatt fue a visitarme ya alegrar mi tarde. Toda linda me llevó un kit de amenidades par el baño, shampoo, cremas con olores mágicos, pasta de dientes y todas esas cosas en las que uno no piensa cuando está ahí. La quiero mucho, siempre ha sido muy servicial, pero sobre todo tiene un gran corazón honesto, me dio mucho gusto poder compartir un rato con ella, platicar de cosas diferentes y despejarme un poco de todo lo que estaba pasando.
Ese si que fue un momento donde recuperé el positivismo y las ganas de salí adelante. Pero el hospital se encarga de acabar con toda autoestima, al menos a mi así me pasa, me hace sentir impotente y menos valiosa. Hacen lo que quieren contigo y no puedes reclamar porque ahí "los que saben" son los médicos.
Tuve un momento de tanto dolor físico y emocional que pensé en que ya no tenia sentido vivir así. La tarde se veía nublada, yo tenia frio, dolor de tantas agujas en mi cuerpo, harta de tanta medicina, dolor por la cirugía, dolor por toser tanto, asco por tanta flema... ,me sentí tan miserable que ya no quería continuar y lloré mucho mucho. Me enojé con la vida, pensé que no tenía sentido estar sufriendo tanto, que había estado trabajando mucho en mis emociones para no ver avance, al contrario, iba de mal en peor, me preguntaba el clásico "por qué a mi?", que quieren de mi? de mi dolor? que se aprende con todo esto? yo solo veía sufrimiento y adiós positivismo.
Con el paso de los días me fui calmando, la recuperación me parecía eterna y por fin me dieron de alta.
En casa estuve más cómoda en cama, pero de igual forma sin poder moverme más que para ir al baño y era la peor experiencia.
Por alguna enorme razón la vida me quiere aún en cama, inmóvil, para reflexionar en algo bastante grande e importante. Tan importante que me ha pasado todo esto para tener el tiempo de llegar a la reflexión y el entendimiento.
Aún no llega a mi cabeza qué puede ser tan importante... espero en verdad pronto descubrirlo.
Hoy así veo mi etapa de recuperación, como una enorme oportunidad para el análisis. A veces he querido forzarlo, pero es peor porque me bloqueo o me aturdo y nada más me desespero y lloro.
Así que decidí dejar que las cosas fluyan. Hay días como hoy que hago más reflexión interna, pero también hay días que tan solo duermo y veo la tv en busca de nada, solo de pasar el rato y desconectar el cerebro.
Por todas estas razones es que había estado lejos del blog, porque no siempre tengo cabeza ni ánimo para escribir, pero hoy me siento mejor, anoche fue la primer noche que pude dormir sin tos después de no se cuantos días, así que por fin descansé unos 5 horas seguidas y no se imaginan lo que es eso, una bendición de las más grades.
Recomendaciones finales... no se deshidraten! con dolores masivos vayan rápido al hospital y no tengan miedo de seguir adelante, la vida vale la pena.
Les mando un gran abrazo!
Nos estamos leyendo!
AK
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